viernes, 5 de julio de 2013

A menudo, la vida se divierte


"Nos ofrece un diamante escondido debajo de un billete de metro o del faldón de una cortina.Emboscado en una palabra, una mirada, una sonrisa algo tonta.
Hay que fijarse en los detalles. Ellos siembran nuestra vida de piedrecitas que nos guían. La gente bruta, la gente apresurada, los que llevan guantes de boxeo o dan patadas a las piedras, ignoran los detalles. Quieren cosas pesadas, imponentes, brillantes, no quieren perder un minuto agachándose por una moneda, una brizna de paja, la mano temblorosa de un hombre.
Pero si nos agachamos, si detenemos el tiempo, descubrimos diamantes en una mano tendida...
O en una papelera."
Las ardillas de Central Park están tristes los lunes, Katherine Pancol


A menudo parece que la vida se ríe de ti. Que la suerte no está de tu lado.Que te impone mil obstáculos y cuando llegas a la línea de meta aún quedan más vallas por saltar. Nos gustaría ser esa ardilla que salta de árbol en árbol sin saber muy bien hacia donde se dirige para evadirnos de la realidad.
Pero llega un día en el que piensas: "Quien ríe de último ríe mejor". Y saltar cada uno de esos obstáculos se hace mucho más fácil.
Los detalles. La cita de Katherine Pancol hace referencia a las cosas más insignificantes de nuestro día a día pero que son demasiado importantes.
Un gesto. Una palabra. Una mirada. Una sonrisa. Un dibujo. Dicen más que cualquier objeto material que se precie. 
Nunca sabes donde vas a encontrar eso que tantos años llevabas buscando, esa persona especial, ese amuleto del cual jamás te vas a separar, esa ciudad que te inspira. Quizás en un viaje, en un mercado, en un paseo rutinario o navegando por la red. Quizás...
No debemos infravalorar nada.

Hace unos días en una charla entre amigas caímos en la cuenta de que nuestra ciudad favorita, Dublín, era aquella en la que habíamos pasado un verano inolvidable. Aquella en la que nos habíamos conocido y a partir de la cual ellas se convirtieron en esas personas especiales, esenciales en tu vida. Esas que no ves en meses pero con las que siempre te sientes a gusto, como si el tiempo se detuviera y todo fuese como aquel verano de 2011.
Momentos inolvidables con gente inolvidable.
Porque la vida es así, un disfrutar el momento pero pensando en el mañana. Sabiendo que después de la tempestad siempre llega la calma. Que detrás de la niebla está nuestro lugar aunque no podamos verlo. 
Buscando esa segunda carcajada de la vida.





Ser positivos, pensando siempre en amarillo.













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