lunes, 15 de abril de 2013

Con la Luna Llena

Hubo una vez hace mucho tiempo que un chico asturiano comenzaba su camino. Él deseaba que sus letras fueran conocidas, que su mensaje inocente llegase a todos aquellos que quisieran escuchar.
Ese momento llegó y hoy, ese chico, llena estadios de miles de personas, haciendo que su mensaje vuele lo más alto posible como una especie de paloma pero en el cuerpo de un hombre llamado Ramón Melendi.
Este niño soñador, acomplejado y posteriormente un poco "traste", aterrizó el pasado 13 de abril en A Coruña.
Para sorpresa de mucho y alegría de muchos otros, Melendi, logró llenar el Coliseum de esta misma ciudad, dos meses antes del concierto. En el recinto, 8500 personas, entre empujones y alguna que otra palabra, se disponían a acceder al edificio. El tiempo acompañaba, cielo despejado y temperatura agradable. Tras dos horas de espera, el espectáculo comenzó, a las 23.00 horas, el poeta de la calle salió al escenario. El público  en la gradas y en la pista, gritaba y proclama su nombre: MELENDI.
Como siempre antes de cada canción había un por qué, una explicación de la letra, de lo que le había inspirado al componerla. El show avanzaba entre voces, manos en alto, saltos, mecheros encendidos, lágrimas... Cada uno se expresaba como podía o como sabía.
A media noche antes de cantar su canción La tortura de Lyss, el asturiano, transmitió su opinión sobre el abuso a menores y que como padre no podía entender que hubiese gente que hiciesen eso. El público compartió su opinión y acto seguido todos comenzaron a cantar dicha canción.
Ramón Melendi emocionó al publicó coruñés cuando afirmó cumplir 5 años fuera del mundo de las drogas ya que tal y como él dijo: " Este tema antes estaba un poco oculto pero tras aparecer en Conexión Samanta se ha convertido en algo vox populi". Esta entradilla precedió a Cierra los ojos, canción en la que el autor expresa sus deseos de que ese pasado oscuro salga de sí mismo para siempre y aconsejando que nadie cayese en esa cruel batalla.
Tras haber cantado todas las canciones relevantes de este último álbum, Lágrimas desordenadas, también hubo tiempo para letras de discos anteriores, que la gente recordaba sin saltarse ni una sola palabra.
A las 00.30 horas, el chico de Oviedo, daba por finalizado el concierto pero las gradas y la pista pedían más y más. Una hora y media de concierto no era suficiente para llenar, los 2 meses que pasaran desde la adquisición de la entrada hasta la cita. "The show must go on" y así lo hizo. Melendi reapareció en escena hasta la 1.00, hora en la que se puso fin con la canción Billy el pistolero, de su disco Curiosa la cara de tu padre, canción con la que termina todos los conciertos de esta gira 2013.
Tras el grito de guerra "SI SE PUEDE" que acompañó a lo largo del concierto, el aprendiz de caballero y el resto de soldados abandonaron el recinto satisfechos, con ganas de volver a encontrarse de nuevo en otro campo de batalla.
Puede que algunos lo comparen con Sabina, pero la verdad es que sabe combinar tres estilos diferentes de música (rock, rumba y pop) en una sola persona, un solo hombre, Ramón Melendi.

Con la Luna Llena