viernes, 27 de septiembre de 2013

Un 13 para recordar

NUNCA ES TARDE. Todos lo decimos como consuelo, como aliento, como optimismo.
Pero un día reparamos en que es mentira y que la única verdad es la de "NUNCA DIGAS NUNCA".
Porque decir "nunca" o "siempre" son tiempos que se nos escapan de las manos. 

Y sí, era tarde.
Tarde para ver su sonrisa, para que nos dijera lo que teníamos o no que hacer, para que se colocara su boina como cada mañana, para que le llevásemos su desayuno a la cama,para fumar su faria después de comer o para que se quedara dormido escuchando la radio.
Escuchar. El canto de un canario o de un jilguero criados por él mismo, cantos que nos evocan a él al instante. Cantos... su canto. Cantar era una de sus aficiones y siempre que estaba contento nos deleitaba con este hobby. " Ay Anselmo, Anselmo..." era uno de sus éxitos.
Éxito el que tenía contando chistes. Solo con ver su cara de pillo te reías.
Reír. A pesar del paso del tiempo él lo seguía haciendo. Era optimista y te hacía ver que a su lado nada malo podría pasarte. Desprendía esa energía positiva que posee alguna gente, eso que hace a que su lado te sientas a gusto.
Soñador y generoso. Soñaba cada noche con que le tocara la lotería y no conformándose con eso, ideaba como seria la repartición entre sus hijas y nietos. Generoso con todos. El repartir tomates, lechugas o pimientos de casa en casa por el pueblo y alrededores  era su actividad principal en la época estival.
Actividades. La pesca y el jugar a las cartas eran también esenciales. El ir a jugar su partida tras la comida era una costumbre que ni una comida familiar se la podía arrebatar.
Lo más importante y con lo que nos tenemos que quedar es que era un padre y un abuelo ejemplar.


Ahora es tarde para poder decirle todo lo que sentimos, pensamos. Un te quiero o un abrazo, un beso.
Pero no para recordarle mientras vivamos.

Se fue un 13, sí un 13. Tras esta fecha han venido otros 13 que nos han traído mucha suerte y alegría.



Es el momento de decir lo que piensas, de actuar. De sonreír, de abrazar, de querer. Porque el tiempo se va sin darnos cuenta y el "nunca es tarde" se convierte en un "es demasiado tarde".




Van nueve 13 de septiembre, nueve años siendo ausente como presencia pero no en nuestras vidas. Si miras a las estrellas sabes que estará él ahí vigilándote, velando por ti cada noche, como si fuera esa radio con la que él se dormía pensando en... ¿y si mañana me tocara la lotería?






13-09-2004