jueves, 15 de agosto de 2013

La desconocida Irlanda

Irlanda.

A la izquierda de las conocidísimas islas británicas está un pequeño país, una isla de 6 millones de habitantes en la que el verde, los tréboles, los leprechauns y una cerveza negra son su marca de identidad.




Este territorio está bastante olvidado y es un país desconocido para muchos. Todo sabemos algo de Londres, de Gales o de la misma Escocia con sus faldas y su gaita pero, ¿qué sabemos de Irlanda? Más bien poco. Conocemos Dublín, su capital, porque la estudiamos en nuestros libros de geografía pero hay mucho más que eso.
 Empezaremos por destacar su gran cercanía con Galicia: verdes prados, cielos grises y un segundo idioma  cooficial, el gaélico. 

Irlanda, Eire en gaélico, también posee ese gusto por lo mágico. Los irlandeses al igual que los gallegos creen en duendes, brujas y bosques encantados.



Dublín.
Es una de las ciudades más importantes del mundo pero su tamaño no representa una gran urbe como Nueva York, Madrid o París. Puedes recorrer la capital caminando y disfrutando de sus maravillosas calles sin la necesidad de ningún tipo de transporte. El ambiente cultural con la música de los pubs de fondo, los músicos de calle o sus tiendas dedicadas en exclusiva a la cultura, hacen de ella una ciudad interesante.
De los lugares más visitados podemos destacar: 
Half Penny Bridge 


Wall of fame
Temple Bar
El Dublín medieval, bonitos parques, la antigua cárcel, Trinity College...



 Molly Mallon, el emblema de la ciudad de Dublín. Estatua situada en una de las calles más céntricas y sobre la cual los dublineses creen que el espíritu de esta mujer recorre las calles cada noche.


Y desde luego no puede faltar la visita a la fábrica de Guinness


Para los más lectores una parada oficial es la estatua de James Joyce y la casa y estatua de Óscar Wilde.



 El Ulises de Joyce comienza aquí en Forty Foot. 


Al salir un poco de suelo urbano podemos dirigirnos sobre el asfalto a ver los maravillosos molinos de viento al más puro estilo Don Quijote, pequeñas ciudades como Kilkeny, la siempre joven Galway, los impresionantes acantilados y la villa pesquera a tan solo 20 minutos de Dublín con uno de los mejores castillos, Malahide. 







Esto y mucho más es lo que un país tan pequeño pero tan grande al mismo tiempo nos puede mostrar a través de una foto pero el saborear una auténtica Guinness en Dublín o disfrutar del espectáculo que ofrece River Dance con su danza irlandesa no está al alcance de una foto. El país de las cuatro estaciones en un solo día enamora y es algo así como lo que pasa con Roma o Italia, siempre acabas volviendo.







"En Irlanda, lo inevitable nunca sucede y los inesperado ocurre continuamente".  
                                            Sir John Pentland Mahaffy


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